Historia de las mentalidades pdf




















Lo demuestra los libros recientes de una de las promotoras de esta forma de "hacer la historia", Arlette Farge Dire et mal dire. Como lo puntualiza esta autora, "las palabras marcan un lugar-frontera".

Paris, Hachette, imperantes. El gran iniciador de esta corriente fue sin lugar a dudas J. Madrid, , en la Revista de Occidente , quien no hizo sino unirse a las preocupaciones manifestadas en el mismo momento por la escuela de los Anales Marc Bloch, Lucien Febvre. Asimismo, los instrumentos provienen precisamente de estas disciplinas afines. El ingls, por su parte, ha conservado esta tendencia de la palabra en el adjetivo: mental sobrentendindose deficiente tomaelsentidodeatrasadoochiflado.

Estacoloracindellenguajecorrientehaalimentadoosehaalimentadode doscorrientescientficas. MentalidaddesignaafinesdelsigloXIXyaprincipios del XX el psiquismo de los primitivos que aparece al observador como un fenmeno colectivo en el seno del cual un psiquismo individual es indiscernible ypropiodeindividuoscuyavidapsquicaesthechadereflejos, deautomatismos,sereduceaunmentalcolectivoqueexcluyeprcticamentela personalidad.

Aqutambin,sidejamosdeconsideraral niocomosimplepequeoadulto,esparahacerdelunmenormentalmente. Siendo as que los diccionarios tcnicos franceses de filosofa, psicologa, psicoanlisis ignoran la palabra mentalidad, el vocabulario ms reciente de Psychopdagogie et psychiatrie de lenfant define una mentalidad infantil. HenriWallondesde,enlaRevuephilosophiquehabaestablecidoellazo consagrandounartculoaLaMentaliteprimitiveetcelledelenfant aproximacin vivamente condenada, como se sabe, por Claude LviStrauss en sus pginas clebresdeStructureslmentairesdelaparent.

Antesdeavanzarunpasomsenelanlisisdelahistoriadelasmentalidades importaliquidardoshipotecasprevias. Laprimeraconsisteenladudaquepodrahacersurgirlaconstatacinde que la mentalidad no desempea prcticamente ningn papel en psicologa, que no forma parte del vocabulario tcnico del psiclogo. El trabajo llevado a cabo por Philippe Besnard sobre la frecuencia del trmino mentalidad en los ndicesdelasbibliografasdepsicologahizoverque,raroenlosPsychological Abstracts entre y ,14 el vocablo parece hoy haber cado en desuso en psicologa.

Hay que notar las connotaciones ms o menos peyorativas de las expresiones destacadas: mentalidad rabe, hind, del criminal dans, del prisionero, german mentality en Una expresin interesante: levels of mentality. LENOIR aparecidos en castellano en la Revista mejicana de sociologa entre y y que trata de las distintas mentalidades primitivas o civilizadas.

La historia de las ciencias abunda en ejemplos de transferencias de nocionesyconceptos. Talpalabra,talconceptoaparecidoenuncampoenque sedeshacemuypronto,transplantadoenundominioprximocreceyprolifera Porqulamentalidadnoencontraraenhistoriaelxitoquelehafalladoen psicologa?

Y la psicologa que, por el lado de la lingstica y del estructuralismo, vio relanzar la fortuna de la Gestalt, no descubrira tardamente el buen uso que de mentalidad puede hacer? Est claro, en todo caso, que en el campo cientfico es la historia de las mentalidades la que ha salvadolapalabrayessuusoenfrancselquehareintroducidolapalabraen inglsylahatransmitidoalalemn,alespaol,alitaliano mentality,Mentalitt, mentalidad,mentalit.

Aqulaeclosindelanuevaescuelahistricafrancesaha asegurado hecho excepcional el xito de la palabra, de la expresin y del gnero lostrestericosdelahistoriadelasmentalidadessonLucienFebvre, ,GeorgesDuby,,RobertMandrou, La segunda hipoteca es la que puede hacer pesar sobre la historia de las mentalidades la tendencia peyorativa del trmino. Cierto es que LvyBruhl afirmaba, por ejemplo, que no haba diferencia de naturaleza entre la mentalidad de los primitivos y la de los miembros de las sociedades evolucionadas.

Pero l haba creado desde el principio un mal clima para las mentalidades al escribir ya en Les Fonctions mentales dans les socites infrieures. Yesverdadqueelhistoriadordelasmentalidades,sinencerraresta palabraenelinfiernodelamemoriacolectiva,lapersigueenlasaguasturbias de la marginalidad, de la anormalidad, de la patologa social.

La mentalidad parece revelarse de preferencia en el dominio de lo irracional y de lo extravagante. Deahlaproliferacindeestudiosalgunosdeellosnotables sobrelabrujera,lahereja,elmilenarismo. Deah,cuandoelhistoriadordelas mentalidades pone su atencin en sentimientos comunes o grupos sociales integrados, su eleccin, voluntaria, de temas lmites las actitudes frente al milagroolamuerte odecategorasincipientes losmercaderesenlasociedad feudal. Turner CollectiveBehavior,enR.

Chicago, , opta,alestudiarelcomportamientodelamuchedumbre,porlaobservacindel desastre generador del pnico y emplea los datos recogidos por un Disaster ResearchGroup. Laprcticadelahistoriadelasmentalidadesysustrampas Hombre de oficio, el historiador busca primero sus materiales. Dnde estnlosdelahistoriadelasmentalidades? Hacerhistoriadelasmentalidadeses,antetodo,operarunaciertalectura de un documento, sea cual sea.

Todo es fuente, para el historiador de las. Cules son las rbricas, quvisindelpoderylaadministracinreflejan,quactitudfrentealnmero revelan los procedimientos de cuenta?

Aqu tenemos el mobiliario de una tumba del siglo VII: objetos de atavo aguja, anillo, hebilla de cinturn , monedas de plata, entre ellas una pieza colocada en la boca del muerto en el momentodelainhumacin,armas hacha,espada,lanza,cuchillo ,unpaquete de utensilios martillos, pinzas, limas, tijeras, barrena, gubia, etc.

Esta lectura de los documentos se aplicar sobre todo a las partes tradicionales, casi automticas, de los textos y los monumentos: frmulas y prembulos de cartas que indican las motivaciones verdaderas o de fachada;topoiquesonlaosaturadelasmentalidades.

Sinllegaralahistoria de las mentalidades, Ernst Robert Curtius sinti la importancia de este basamentonoslodelaliteratura,comopensaba,sinodelamentalidaddeuna poca: Si la retrica hace al hombre moderno el efecto de un fantasma haciendo muecas, cmo pretender interesarle por la tpica, cuyo nombre es apenas conocido, ni siquiera del especialista de la literatura que evita deliberadamente los stanos ay, tambin los cimientos!

Este discurso obligado y maquinal en que uno parece hablar paranodecirnada,enqueseinvocaadiestrayasiniestra,enciertaspocas,a Diosyaldiablo,enotras,alalluviayalbuentiempo,eselcantoprofundode lasmentalidades,eltejidoconjuntivodelespritudelassociedades,elalimento mspreciosodeunahistoriaqueseinteresamsporelbajocontinuoqueporla palabrafinadelamsicadelpasado. Pero la historia de las mentalidades tiene sus fuentes privilegiadas, las que, ms y mejor que otras, introducen a la psicologa colectiva de las sociedades.

Suinventarioesunadelasprimeraslaboresdelhistoriadordelas mentalidades. Estn primero los documentos que atestiguan estos sentimientos, estos comportamientos paroxsticos o marginales que, por su separacin, aclaran la mentalidad comn. Por no salir de la Edad Media, la hagiografa pone de manifiesto estructuras mentales de base: la permeabilidad entre el mundo sensibleyelmundosobrenatural,laidentidaddenaturalezaentrelocorporaly lo psquico de ah la posibilidad del milagro y, ms generalmente, de lo I , p.

Lamarginalidaddelsantoreveladoradelfondodelascosas tieneporcorolariolamarginalidadejemplartambindelosdiablicos:posesos, herejes,criminales. Deahelcarcterdedocumentoprivilegiadodetodocuanto da acceso a estos testigos: confesiones de herejes y procesos de inquisicin, cartas de remisin otorgadas a criminales que detallan sus entuertos, documentos judiciales y ms generalmente monumentos de la represin. Otra categora de fuentes privilegiadas para la historia de las mentalidades, la constituyenlosdocumentosliterariosyartsticos.

Historia,nodelosfenmenos objetivos, sino de la representacin de estos fenmenos, la historia de las mentalidades se alimenta naturalmente de los documentos de lo imaginario. Huizinga,ensuclebreDclinduMoyenAgemostrtodocuantolautilizacin de textos literarios es la fuerza y la debilidad del libro puede aportar al conocimiento de la sensibilidad y de la mentalidad de una poca.

Pero la literatura y el arte vehiculan formas y temas venidos de un pasado que no es forzosamente el de la conciencia colectiva. Los excesos de los historiadores tradicionales de las ideas y de las formas que las hacen engendrar por una especiedepartenognesisqueignoraelcontextonoliterarioonoartsticodesu aparicin no tienen que disimularnos que las obras literarias y artsticas obedecen a cdigos ms o menos independientes de su medio ambiente temporal.

La pintura del Quattrocento nos parece atestiguar una nueva actitud frente al espacio, la decoracin arquitectnica, el lugar del hombre en el universo: la mentalidad precapitalista parece haber pasado por ah.

Pero Pierre Francastel, que es quien mejor ha penetrado el sistema pictrico del Quattrocentocomopartedeunconjuntomsamplio,nosadviertetambindela especificidad de la pintura, modo de expresin y comunicacin de nuestro esprituirreductibleacualquierotro.

El gran precursor en estas materias que fue Lucien Febvre dio el ejemplo de inventarios de lo que l llamaba el utillaje mental: vocabulario, sintaxis, lugares comunes, concepciones del espacio y el tiempo, cuadros lgicos.

Los fillogos observaron que, luego de la desestructuracin del latn clsico en la alta Edad Media, las conjunciones de coordinacin sufren una evolucin desconcertante.

Pero es que las articulaciones 16 gicas del discurso hablado o escrito se modifican radicalmente. Autem, argo, gitur y las dems entran en un nuevo sistema de pensamientodedistintacomposicin. En las mentalidades ciertos sistemas parciales desempean un papel particularmente importante. Estos modelos se imponen largo tiempo como polos de atraccin de las mentalidades: un modelo monstico se elabora en la Alta Edad Media y se ordena alrededor de nociones de soledad y ascetismo, modelosaristocrticosaparecenluegocentradosalrededordelosconceptosde Unodeellosatravesarlossigloshasta nosotros:lacortesa.

Aunque tomando prestado de tradiciones antiqusimas, estas mentalidades no se explican ni por las tinieblas de la noche de los tiempos ni por los misterios del psiquismo colectivo. Se capta su gnesis y su difusin a partir de centros de elaboracin de medios creadores y vulgarizadores, de grupos y oficios intermediarios. El palacio, el monasterio, el castillo, las escuelas,loscursosson,alolargodelaEdadMedia,loscentrosenqueseforjan las mentalidades. El mundo popular elabora o recibe sus modelos en sus hogares propios de modelacin de las mentalidades: el molino, la fragua, la taberna.

Los mass media son los vehculos y las matrices privilegiadas de las mentalidades: el sermn, la imagen pintada o esculpida son, ms ac de la galaxiadeGutenberg,lasnebulosasdedondecristalizanlasmentalidades. Las mentalidades mantienen con las estructuras sociales relaciones complejas,perosinestarseparadasdeellas. Sedaparacadasociedad,encada una de las pocas que la historia distingue en su evolucin, una mentalidad dominante o varias mentalidades? El hombre de la Edad Mdia o del Renacimiento fue denunciado por Lucien Febvre como una abstraccin sin realidad histrica.

La historia an balbuciente de las mentalidades se apega a abstraccionesapenasmsconcretasvinculadasalasherenciasculturales,ala estratificacin social, a la periodizacin. Se emplearn, como hiptesis de trabajo, siempre a propsito de la Edad Media, las nociones, por ejemplo, de mentalidad brbara, corts, romana, gtica, escolstica. Luego, hacia —Proust 12 Quiero dar vivamente las gracias a M. La historia de las ciencias abunda en ejemplos de transferencias de nociones y conceptos.

La mentalidad parece revelarse de preferencia en el dominio de lo irracional y de lo extravagante. Turner Collective Behavior, en R. Hacer historia de las mentalidades es, ante todo, operar una cierta lectura de un documento, sea cual sea.

Su inventario es una de las primeras labores del historiador de las mentalidades. I , p. Pero la literatura y el arte vehiculan formas y temas venidos de un pasado que no es forzosamente el de la conciencia colectiva. El palacio, el monasterio, el castillo, las escuelas, los cursos son, a lo largo de la Edad Media, los centros en que se forjan las mentalidades.

Las mentalidades mantienen con las estructuras sociales relaciones complejas, pero sin estar separadas de ellas. Agrupaciones sugestivas pueden operarse alrededor de estas etiquetas. La mentalidad no es reflejo. La historia de las mentalidades no puede hacerse sin estar estrechamente ligada a la historia de los sistemas culturales, sistemas de creencias, de valores, de equipamiento intelectual en el seno de las cuales se elaboran, han vivido y evolucionado.

Es, al contrario, elemento capital de las tensiones y las luchas sociales. Madrid, Hacer la Historia. Definir lat. Barcelona, El objeto de la historia de las mentalidades no puede ser otro que la actividad mental humana 98 en su globalidad, con el fin de comprender mejor el comportamiento y las relaciones de la sociedad, y los hechos que ha protagonizado el sujeto colectivo de la historia.

Related Papers. Historia de las mentalidades, historial social. By Carlos Barros. Historia de las mentalidades: posibilidades actuales. La contribucion de los terceros Annales y la historia de las mentalidades. Download pdf. Log in with Facebook Log in with Google. Remember me on this computer.



0コメント

  • 1000 / 1000